La evaluación del sobrepeso y la obesidad

Esta entrada pertenece al capítulo: Sobre la obesidad y las obesidades
Primera parte: La armonía en las dietas para adelgazar
Segunda parte: El comportamiento alimentario
 

LA EVALUACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD

Tanto en la obesidad como en el sobrepeso necesitamos métodos que vayan más allá del análisis peso-estatura y la comparación con las tablas de peso ideal. Porque estas tablas no son —o no deben ser— el método de elección para el médico en la determinación del peso, ya que la correlación entre éste y la estatura no diferencia el tipo de constitución corporal (proporción músculo/tejido adiposo).
Otros métodos, como la impedancia bioeléctrica, nos permiten evaluar de una forma más real las variaciones de los componentes corporales (agua corporal total, masa muscular, masa corporal total y local).
Otro método que nos orienta acerca del contenido graso es la medición del pliegue cutáneo o pellizco de grasa (aproximadamente la mitad de la grasa en los adultos se encuentra debajo de la piel), realizado con un compás especial llamado plicómetro.Este procedimiento nos indica la cantidad de grasa de una zona determinada.
La morfomedicina nos define la obesidad como la parte armoniosa donde hay un exceso de grasa. Por tanto, reemplazo la noción abstracta de peso, por la concreta de línea.
En este caso el centímetro debe sustituir a la báscula. Medirse la cintura, el pecho, o el perímetro de los muslos, en la intimidad del cuarto de baño y anotar la reducción o el aumento de volumen, puede ser para el paciente en tratamiento un sistema personal de control mucho más eficaz que el del peso, a veces tan decepcionante. Y es que, en ocasiones, no se pierde peso, pero sí se reduce el volumen, con lo que se está avanzando de forma significativa y ayudando psicológicamente al paciente. La báscula se convierte en un «acusador privado». «No has adelgazado nada esta semana», puede cambiarse por la expresión: «Has perdido un centímetro.»